miércoles, 17 de junio de 2020

Aquí.

Aquí.
Me siento segura.
Como un pestillo
que echas al encerrarte
en un lugar.

Aquí.
Puedo escribir sin que me veas,
ni sepas que tu voz me tambalea
el corazón, la vida, la noción;
y no tienes una amorosa misión.

Aquí.
Me escondo en mil puertas,
te pienso y no la abro.
Me hablas y pierdo las llaves.
Y así, recogida, quedo obsoleta.

Aquí.
Desaparecí, me ausenté,
decidí no pensarte
y volviste desde otro destino,
y ahora no quiero irme.

Aquí.
No deseo moverme más,
que el viento se encargue
de rozarme la cara hacia
la dirección correcta.




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