Ayer me desvelé, no recuerdo bien cuál fue la causa... Mi mente se trasladó a 65 kilómetros. Hacía tiempo que no hacía un viaje mental de recuerdos. Estaba en casa, con mi madre... después mi mente recordó una factura de bastantes miles de las antiguas pesetas, fue ese el motivo por el cual mi padre cortó el teléfono fijo. Mi madre y yo nos dirigíamos a la cabina, me decía que se llevaba veinte duros y nada más, para hablar un poco con mi abuela. Marcaba el número y yo pensaba "buah, cuánto rato tendré que estar aquí de pie... como venga un loco y nos atraque...". Pero en realidad me gustaba acompañarla, casi siempre llamaba de noche. Ahora, un poco más adulta, puedo llegar ligeramente a comprender esas facturas, cuando tienes cerca de unos treinta pocos años, tu marido trabaja de noche, tu hija es pequeña para contarle cosas y no tienes otra compañía que el teléfono, para charlar conversaciones adultas que crees que tu hija no entiende, y a su edad infantil entendía... pero no ha podido entrar en ellas. Ahora puedo entrar, pero más bien huyo. En el momento en que acabó la sesión de repaso por el pasado, dos lágrimas bañaban mis ojos y bajaban por mis mejillas.
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¡¡¡Impactacte!!
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