Cortocuento I ("Ese halo medieval")
Te conocí, con la esperanza de probarte. No nos ha dado tiempo a nada, al menos compartimos el gusto por los minerales. Me volvía loca la idea de besarte, en algún momento, pero en vista de que no te acercabas más, no pude tomar la iniciativa; yo, que era tan valiente y ahora... me vuelvo tímida cuando alguien me gusta de verdad. Siento que es como frágil. Ya alguien vuela tus vientos, pero no voy a perder la esperanza de apostar por tu amistad, bajo el secreto de una atracción inconsumable.
Cortocuento 2 ("Vapores virtuales")
Al empezar nuestra videoconferencia, he empezado a tartamudear como una niña; nada más escucharte en mi idioma extranjero favorito se me han subido muchos vapores a la cara, suerte que no me veías. Después, a cara descubierta, tú seguías tu discurso y yo, en la sombra, sentía esas mariposas mágicas de las películas; son ciertas. Tenemos el poder de hacer realidad aquello que nos imaginemos. Me quedaba muchas veces en blanco, me temblaba la mano al escribir tus ideas... ¡Qué martirio más grande no poder conquistarte!
Cortocuento 3 ("A quien nunca olvidaré")
Hay personas en nuestra vida que nos marcan para siempre, y aquí apareces tú: después de 11 años de amistad han pasado muchas cosas en nuestras vidas privadas, pero este secreto enamoradizo nunca te lo confesaré, porque no sirve de nada sincerar una pena tan grande, no poder alcanzarte desde nunca y tenerte para siempre en mi alcoba.
Cortocuento 4 ("Ese amor juvenil imposible")
Mi príncipe nórdico, frío, inteligente y orgulloso; escucharte es entrar en el universo íntimo de tu mente intelectual que pocas mujeres alcanzamos. Y es que existen tantos placeres como experiencias, no necesariamente íntimas. Recuerdo comernos esas galletas secretas de tu familia, en plena Navidad; sentir que rozo el cielo, que una galleta de esas es un beso tuyo que se me clava en el corazón. Pensando en su gusto celestial sonrío, tontamente, y me pregunto si algún día esas galletas se convertirán en besos reales de alguien diferente a ti, tan imposible como tantos amores.
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